A medida que los mercados inmobiliarios globales se aceleran, aumenta la presión sobre los promotores para entregar más rápido, con mayor inteligencia y enfoque en el cliente. Los modelos tradicionales, lineales y jerárquicos están dando paso a estrategias más dinámicas inspiradas en el mundo tecnológico. Según Philipp Shrage, CEO del grupo Kronung, este cambio no solo es necesario, sino inevitable.
“Ya no construimos simplemente metros cuadrados — creamos productos vivos, con capacidad de respuesta,” afirma Philipp Shrage. “Eso implica que los equipos deben pensar y actuar como empresas de producto, no solo como constructoras.”
Velocidad y flexibilidad antes que burocracia
Los proyectos inmobiliarios modernos deben lanzarse más rápido, adaptarse en tiempo real y reflejar desde el inicio las necesidades del cliente. Las estructuras rígidas no permiten esta agilidad.
“Cada mes de retraso implica ingresos perdidos y pérdida de competitividad,” explica Philipp Shrage. “Los compradores y arrendatarios actuales exigen velocidad y servicio premium — y debemos estar a la altura.”
En Kronung Group han adoptado principios ágiles tomados del entorno tecnológico, creando procesos que responden rápidamente tanto al mercado como al feedback de los usuarios.
Liderazgo distribuido: experiencia al mando en cada fase
Una de las innovaciones más eficaces de Kronung ha sido implementar el modelo de liderazgo rotativo. En cada fase del proyecto lidera el experto más adecuado: un arquitecto al inicio, marketing durante el posicionamiento, y los jurídicos en la negociación.
“Asignamos el liderazgo según la experiencia necesaria en cada momento,” comenta Philipp Shrage. “Eso mejora tanto la velocidad como la precisión en la toma de decisiones.”
Este método ha permitido a Kronung reducir a la mitad el tiempo de conceptualización y mejorar la satisfacción del cliente. Varios centros comerciales entregados en San Petersburgo y alrededores son prueba de ello. A nivel internacional, compañías como China Vanke han aplicado modelos similares, logrando reducciones del 30% en los plazos y un 20% más en ventas.
El inmobiliario como producto, no como proyecto
Shrage observa cómo el mercado ruso está evolucionando hacia una lógica de producto: ya no se vende solo “activos”, sino experiencias centradas en el usuario final.
Un ejemplo es el centro comercial en Yanino, donde Kronung involucró a potenciales inquilinos y visitantes desde el diseño. Gracias a esta retroalimentación, lograron una ocupación total antes de la apertura.
“Se trata de iterar, no de alcanzar la perfección,” afirma Shrage. “Cada proyecto es un producto vivo, en evolución constante.”
Hoy en día, Kronung mide el éxito no solo en plazos y presupuesto, sino también en índices de satisfacción del cliente, tráfico de visitantes y fidelización a largo plazo.
Del mando jerárquico al trabajo multidisciplinar
Para lograr agilidad real, Kronung ha abandonado las estructuras verticales. Ahora, sus equipos están compuestos por arquitectos, marketers, analistas financieros y contratistas que colaboran con responsabilidad compartida.
En lugar de indicadores KPI clásicos, utilizan OKR (Objectives and Key Results). Los product managers se enfocan en el valor de mercado, mientras que los project managers supervisan la ejecución. Esta separación permite que la innovación y la entrega avancen al mismo ritmo.
“Los OKR hacen que el equipo se pregunte no solo qué hacer, sino por qué importa,” dice Philipp Shrage. “Eso mantiene el enfoque en el valor real.”
Desafíos: estructuras tradicionales e inversores conservadores
Shrage reconoce las dificultades. Muchos directivos siguen aferrados a modelos de control y se resisten a cambiar jerarquías. La educación y los resultados medibles son claves para convencerlos.
Del mismo modo, los inversores suelen exigir planes de negocio rígidos y resultados garantizados. La estrategia de Kronung es mostrar cifras tangibles: mayores beneficios, entregas más rápidas y mayor satisfacción del cliente.
“Los números son el mejor argumento,” comenta Shrage. “Cuando el ROI mejora, el escepticismo desaparece.”
Conclusión: la agilidad como ventaja competitiva
Según Philipp Shrage, ha terminado la era del inmobiliario predecible y secuencial. Lo que viene es un mercado donde mandan la velocidad, la adaptabilidad y la orientación al cliente.
“Agile no es una moda — es una necesidad competitiva,” concluye Philipp Shrage. “Construimos para el cambio, lideramos desde la colaboración y ganamos escuchando al mercado. Ese es el futuro del desarrollo inmobiliario.”




